El príncipe

05
Mar
El Príncipe

Estamos en Navidad.

Nos consume la fiebre consumista y la gente celebra mil cosas, que les ha tocado la lotería, que ven a sus familiares que viven lejos, que tiene salud, etc…

Miles de cosas, pero cada vez se pierde más el verdadero sentido de la Navidad…

Como bien enseñó Rody, nuestro pastor, no sabemos a ciencia cierta cuando nació Jesús, se cree que fue en Septiembre, pero nadie lo sabe.

A mí personalmente no me causa ningún problema señalar un día especial para regocijarme y celebrar que Cristo se encarnó para darme vida eterna y yo pienso seguir celebrándolo mientras Dios me lo permita, con árbol y con regalos.

Cuando meditaba en el texto sobre el cual quiero compartiros hoy, venían a mi mente un montón de reyes y reinos, de presidentes y de gobiernos.

Recordé a Margaret Tacher, la dama de hierro, a Churchill, a Franco a Juan Carlos I, a Felipe II a Carlos V a Napoleón y a varios emperadores y Césares.

Cada uno de ellos tenía unas características diferentes y se puede decir que según eran esos dirigentes y políticos así fueron sus países y reinos.

Recordaba a Saúl David y Salomón, los tres primeros reyes de Israel.

Ni siquiera desde el principio Saúl empezó bien. El pueblo pidió Rey porque dejó de confiar en Dios y su corazón fue rebelde y desobediente, desoyó la voz de Dios.

Eso le trajo un montón de maldiciones, pero su corazón rebelde y orgulloso y su desobediencia se vieron reflejados en su reino.

Durante el tiempo de su reinado, Israel fue un desastre.

Las continuas guerras principalmente con los filisteos hicieron mella en el ánimo del pueblo y él se convirtió en un rey poco querido, los filisteos incluso robaron el arca y el pueblo vivió en decadencia tanto económica como espiritual.

Después vino David. Todos conocemos la historia de David y no me voy a extender contándola.

La podéis leer en los libros de Samuel de Reyes y en Crónicas. Lo que más me interesa es su corazón.

Dice la escritura que fue un hombre conforme al corazón de Jehová, que cayó, que pecó e hizo cosas terribles, pero que supo humillarse y escuchar la reprensión de Dios y su consejo.

Las consecuencias para su reino fueron muy positivas. Bajo su reino se unificaron los territorios, se trajo de nuevo el arca y se la colocó en lo que después sería el templo que edificó Salomón.

Su corazón fue bueno, buscó a Dios, fue humilde y trajo bendición.

El tercer Rey de Israel fue Salomón.

Todos sabemos también su historia. Sabemos que fue el rey y hombre más sabio, que construyó y afianzó su reino, que construyó el templo de Jehová, y que organizó la estructura del país de una forma impecable.

Israel estaba dividido en doce provincias y cada una de ellas durante un mes se encargaba de proveer los fondos necesarios para sostener la corte y el gobierno.

También sabemos todos que esto duró el tiempo que él estuvo en orden con Dios.

Las características de su corazón durante este tiempo fueron de humildad y de sometimiento.

Su sabiduría repercutió en su reino, sus características buenas repercutieron en su país y las malas también.

Cuando las mujeres desviaron su corazón a adorar a otros dioses, enseguida se notaron las consecuencias no sólo en él, sino en el reino.

La estructura tan estupenda que él había montado se empezó a resquebrajar y se sucedieron varias rebeliones, a partir de ahí todo fue un desastre.

Os podría hablar de cada uno de los reyes de Israel y de Judá, de los buenos y de los malos pero todos los buenos tienen algo en común, como David, que escucharon la voz de Jehová y sin importar el precio hicieron lo recto delante de Él.

Los reyes malos también tienen algo en común que no escucharon la voz de Jehová y desobedecieron.

El texto que os quiero compartir esta mañana es el mensaje de un profeta a un rey que había desobedecido a la voz de Jehová, sobre cómo tiene que ser un Rey y el reino que ese Rey iba a establecer.

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.»

Isaías 9:6

«Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.»

Isaías 9:7

El profeta Isaías dio esta profecía en el tiempo del reinado de Acaz.

Acaz fue un rey que hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

Cuando el rey Peka de Israel y Rezín rey de Siria se unieron para ir contra Acaz rey de Judá, Jehová le dijo al Rey que no temiera, que confiara en Él con todo su corazón.

El Rey Acaz evidentemente no hizo eso y pidió ayuda a Asiria.

Asiria le ayudó pero impuso un tributo altísimo al reino de Judá que oprimió a su pueblo profundamente.

Esas fueron las consecuencias para su reino de un rey que no escuchó la voz de su Dios.

Y la profecía de Isaías en ese contexto fue un mensaje sobre un Rey perfecto para un Rey imperfecto.

Ahora, sabemos lo que significó esta profecía para el pueblo de Judá, el consuelo para ellos y la reprensión para el Rey, pero ¿Qué significa esta profecía para nosotros hoy? En este contexto, en el que el pueblo estaba sufriendo, Isaías da esta profecía evidentemente mesiánica.

En el Antiguo Testamento hay más de 300 profecías que hablan de Cristo y en esta, se habla del reino que ese niño que iba a nacer, que nos fue dado, iba a instaurar. Un reino de Paz y de Justicia, y de las características que su Rey iba a tener.

Lo que quiero hacer en esta mañana es analizar los beneficios que tienen esas características para nosotros como súbditos de ese reino en contraposición con las consecuencias que tuvieron las características de los reyes desobedientes para su reino.


Admirable

ADMIRABLE

Admirable en Hebreo es la palabra Péle.

Significa literalmente algo maravilloso, digno de admiración digno de contemplación algo milagroso.

Tengo un profesor en el seminario que se llama Peter Knowlson que nos dio una definición de admiración que a mí me encantó. Dijo: «para mi, admiración es lo que siento por mi esposa. Podría estar contemplándola todo el día mientras hace las cosas de la casa sin pestañear y cada día la amo más».

Claro, que eso significa que no ayuda nada en casa.

Ayer estuve en un concierto de mi hermano.

Ya sé, porque Rody lo preguntó el otro día, que casi ninguno de vosotros sabe lo que es Gospel Factory pero es el grupo de mi hermano y la verdad es que el trabajo que él hace con ese coro es admirable.

Controla a un grupo de aproximadamente 35 cantantes y una banda de 6 músicos.

Tiene una perfecta empatía con la gente que está escuchando, o sea, conecta con ella, y además divierte y canta como un animal sin perder el hilo ni la dirección.

De verdad que a mí me parece algo milagroso y digno de contemplar.

Así es el niño que nos es dado, que nos fue nacido y que nosotros celebramos todos los días pero que ahora en navidad, festejamos un poquito más.

Se despojó de sí mismo y tomó forma de siervo y fue obediente hasta la cruz siendo tentado en todo; dio su vida por ti y por mí para instaurar su reino de justicia y de paz; ¡¿No es eso Admirable?!

¡¿No es eso digno de alabanza y de contemplación?! Admirable.


Consejero

CONSEJERO

Cuando era pequeño mi abuela tenía una lámpara en su cuarto. Seguro que ella ni se acuerda de esto pero yo lo recuerdo perfectamente porque fui yo el que aprendió la lección.

Esta lamparita, no sé porque motivo no tenía bombilla pero sí que recuerdo que mi madre me dijo, ahí no se toca.

Padres, no hay nada más nocivo que eso, os aseguro que cuando uno le prohíbe a un niño que toque algo es como si tuviera sarna, que se tiene que rascar.

Pues nada, como mi madre pronunció las palabras mágicas para hacer atractiva la desobediencia, yo metí dos dedos en el casquillo de la bombilla. ¿Qué pasó? Que me llevé el corrientazo de mi vida, me salió hasta sangre, pero no dije nada porque sabía que encima me iban a canear.

Me podía haber quedado pegado ahí pero gracias a Dios sólo me llevé un susto.

¿Qué motivó el consejo de mi madre? Que me ama y se preocupa por mi y eso mismo es lo que motiva los consejos de Dios, que nos ama y se preocupa por nosotros, eso fue lo que motivó a Cristo a enseñar como lo hizo y como lo podemos ver reflejado en los evangelios.

¿Quieres que te vaya bien? Sigue sus consejos, sigue su palabra.

¿Tienes que tomar alguna decisión importante? busca su consejo.

Ahora yo sé que muchas veces sus consejos no te van a parecer ni lógicos ni apropiados, no te va a parecer positivo poner la otra mejilla, ni rodear siete veces Jericó ni pedirle a una viuda que se va a dejar morir de hambre que te de lo último que tiene, pero te digo: «cuando tu sabiduría entre en conflicto con el consejo de Dios, deja que gane su sabiduría, porque lo que motiva su consejo es el amor.»

En varias versiones, estas dos primeras características las unen y dicen admirable consejero. En la nueva versión internacional y en alguna otra, pero la Reina Valera las traduce como dos palabras separadas.

A mí personalmente me parece una traducción más acertada y más fiel del hebreo aunque el hecho de que estén separadas no significa que Jesús no sea un consejero admirable.

Nuestro consejero es admirable, aquel que se encarnó, nos guía por sendas de justicia, nos ama, y nos protege mediante su consejo.

Las siguientes dos características de nuestro rey tienen un altísimo contenido teológico.


Dios Fuerte

DIOS FUERTE

Me maravilla la revelación que a través del Espíritu Santo tuvo Isaías.

En este título, además de la Omnipotencia de Dios y de su poder está hablando de un concepto que tardó muchísimos siglos en desarrollarse:

La trinidad, y más concretamente la doble naturaleza de Cristo.

Jesús fue 100% Hombre, lloró ante la tumba, estuvo cansado, comió, bebió y estuvo sujeto a las necesidades humanas y fue, 100% Dios.

Esto es lo que Teológicamente se llama Hipostasis, la doble naturaleza de Cristo.

“Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores” ¿Cuántos de vosotros habéis oído esta frase alguna vez?

Bueno, pues este concepto de María como madre de Dios tuvo su origen en el concilio en el que se trató la doble naturaleza de Cristo y permitirme que hable un poco de esto porque me parece esencial.

En el año 431 se convocó el concilio de Éfeso.

Al Obispo de Roma, Cirilo, se le ocurrió decir que María era la madre de Dios basándose en un palabra griega que se utiliza para referirse a María que es Theotocos, que también se puede traducir por portadora.

Lo que se le pasó a Cirilo es que aunque María fue la portadora de Jesús ni fue su creadora porque Cristo es eterno como veremos después, ni fue su madre porque Dios, ni tiene Padre, ni tiene Madre.

Nestorio, que era un buen hombre que amaba al Señor y que no tenía tanto conocimiento ni perspicacia como Cirilo, que estaba movido por otros intereses que no solamente los religiosos, se levantó para contradecir lo que el obispo de Roma sostenía y le dieron por todos los lados.

El defendió su postura diciendo que Jesús tenía dos personas en uno, una humana y otra divina pero que durante la encarnación, había ganado un poco más la humana.

No iba muy desencaminado, pero Cirilo que era muy listo aprovechó para que lo desterraran y en el concilio se concluyó que Jesús tenía dos naturalezas: una humana y otra divina.

Pero como habían desterrado a Nestorio, Cirilo se salió con la suya y se aceptó que María era la Madre de Dios como cosa secundaria.

¿Qué beneficio tiene para nosotros esta declaración de Isaías, esa doble naturaleza de Cristo, que el niño que iba a nacer, iba a ser hombre y Dios fuerte a la vez?

COMO HOMBRE

Que al hacerse hombre, puede compadecerse de ti y de mi, vivió las mismas cosas, sufrió las mismas tentaciones y nos comprende perfectamente.

Es lo que yo llamo la Empatía gloriosa.

Si estás sufriendo, si sientes que no puedes con la tentación, apóyate en Cristo, descansa en él, porque él te comprende, pasó por lo mismo que tú.

COMO DIOS

Que como Dios fuerte, venció a todo ese sufrimiento, a todas esas tentaciones, venció al mismo enemigo para que tú y yo tengamos victoria sobre todas ellas y tengamos salvación, venció en la cruz y por ello somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó. 


Padre eterno

PADRE ETERNO

Al contemplar la naturaleza, uno puede aprender un montón de lecciones y además disfrutar de la grandeza de la creación de Dios.

Los domingos por la mañana mientras estoy desayunando casi siempre suelo ver pelo pico pata, donde salen muchos animales.

¡Hoy trataron el increíble mundo de las mulas! Pero os aseguro que habido otros días mucho más interesantes.

Bueno, pues la mula es el cruce entre un caballo y un burro pero algo que me llama la atención de esos cruces que nos hemos inventado es que no pueden seguir reproduciéndose.

Una mula no puede tener más mulas, y esto es algo en lo que debería de haber pensado Darwing.

Una especie para que pueda reproducirse y perpetuarse debe de tener hijos de su misma especie.

Los cocodrilos tienen cocodrilitos, los tigres, tigretones y los leones, leoncitos, igual que los humanos humanos, aunque algunos de nuestros hijos también parezcan leones.

La traducción más correcta de padre eterno es Padre de eternidad y ese simple cambio arroja un montón de luz sobre este título.

Dios es el único sempiterno, que no significa otra cosa que siempre eterno.

No tiene principio ni tiene fin, su existencia es desde la eternidad hasta la eternidad.

Nosotros, somos seres eternos pero tenemos un principio aunque nuestra alma no tenga fin.

Dios nos creó, el Padre estaba en la creación, el Hijo estaba en la creación y el Espíritu estaba en la Creación y nos hizo a su imagen y semejanza, «puso eternidad en el corazón del hombre».

Ahora bien, que nos ha garantizado esa eternidad, el Padre de la misma, el creador de la misma eternidad.

Sólo un Dios eterno podía crear hijos eternos, a ti y a mí, pero aquí viene lo grave y esto es en lo que quiero que meditéis. Es que puedes pasar esa eternidad de dos formas:

  1. Bajo su juicio y su ira, en el infierno, si no aceptas el sacrificio de Cristo.
  2. En el cielo, en su presencia, en su paz, eternamente en comunión con él, si le has reconocido como tu Señor y Salvador.

Padre de eternidad: Hijos de eternidad. En el cielo o en el infierno, pero eternos.


Príncipe de Paz

PRÍNCIPE DE PAZ

Como dije al principio, la profecía de Isaías estaba hablando de un Rey o príncipe que en términos del Antiguo Testamento tiene la misma posición de Autoridad, que nace para instaurar un reino diferente.

En el reino de Judá, en el que estaban viviendo había oscuridad, desasosiego, carencias y una pesada carga pero el reino prometido que viene a instaurar el príncipe que tiene todas las características de las que venimos hablando es un reino de paz y de justicia que tiene un Rey: Jesucristo.

Investigando sobre la paz, he descubierto una cosa muy curiosa. En casi todas las ocasiones en que aparece en las escrituras, aparece el término paz asociado con el de justicia.

En los sacrificios de Paz de levítico que se hacían para la justificación, en Génesis, en números, en los Salmos, se habla un montón de la justicia y de la paz como consecuencia de la misma.

«Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.»

Isaías 9:7

«Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre, y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.»

Isaías 32:18

Una de las cosas más terribles es la falta de paz, la ansiedad, pero si esa falta de paz es causada por la injusticia, como suele ser, entonces es terrible.

El segundo Jefe que tuve en USA era un tiburón que no tenía otro propósito en la vida que ganar dinero.

Tenía un Ferrari, una mansión de 1.5 de dólares, llevaba trajes de 4000 dólares y comía en los mejores restaurantes.

Viajaba en primera clase y no se privaba de nada, pero para conseguir ese dinero hacía un montón de cosas ilegales.

Falsificaba firmas, hacía negocios que no eran del todo claros, engañaba a sus socios y no le importaba pisar a quien fuera necesario con tal de mantener su nivel de vida.

Dejadme que os diga que en mi vida no he conocido a nadie tan triste, ni con tanta ansiedad.

Varias veces le tuve que ayudar a quemar documentos, estaba siempre mintiendo y siempre se tenía que acordar de sus mentiras por lo que vivía en un stress constante y, evidentemente no podía dormir.

Se metía cada noche para el cuerpo, una botella de whisky: Bucanan 18 u Old Park, no bebía whiskies baratos, para poder dormir tres horas como mucho.

Su intranquilidad era el fruto de su injusticia.

«Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.»

Romanos 5:1

Cristo vino a darnos paz, esa paz que sobre pasa todo entendimiento, esa paz que en hebreo es Shalom y abarca todos los aspectos de la persona: a nivel económico, a nivel emocional, a nivel relacional… paz, paz paz. A través de su encarnación y su sacrificio.

Antes de irse les dijo a sus discípulos:

«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.»

Juan 14:27

y es que la paz que Cristo ha venido a darte, es totalmente diferente.

No sé si estás intranquilo, si hay algo que te preocupa, si no tienes paz, si tienes que arreglar tus cuentas con Dios pero sí sé quién te puede dar esa paz a través de su justicia: su nombre es Cristo.


CONCLUSIÓN

Hoy vivimos en intranquilidad.

Las preocupaciones de esta vida y de este mundo nos oprimen y nos angustian, y el precio que tenemos que pagar por hacer alianzas que no nos convienen, como el Rey Acaz es muy alto.

El precio que se paga por no escuchar la voz de Dios, afecta al reino de tu vida y afecta para perdición.

Sin embargo, los que hemos decidido aferrarnos al sacrificio de Cristo y escuchar la voz de Dios podemos gozarnos en que tenemos un Príncipe que es Admirable, que renunció a su gloria para salvarnos por amor.

Un consejero que por eso mismo nos da consejos que nos guían por el camino de la justicia y nos libran del mal.

Un Dios fuerte que nos ha dado la victoria sobre estas situaciones que el mismo comprende.

Un Padre de eternidad que nos ha dado vida eterna, una vida de abundancia, de consuelo y de perdón

Y un Príncipe de Paz que ha venido a instaurar su reino con todos sus beneficios en nuestras vidas, pero sobre todo la paz a través de su justicia.

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