Cristo. El agua que necesitamos

09
Mar
El agua que necesitamos

La carencia de agua es sin duda una de las carencias más graves que puede sufrir nuestro organismo.

Si estás aproximadamente dos días sin beber agua te mueres, te deshidratas. El 70% de nuestro cuerpo es agua y el agua se usa para casi todo.

Los alimentos tienen agua, para lavarnos necesitamos agua, para cocinar, las plantas necesitan el agua para crecer, en fin, el agua también es un componente necesario para la vida.

En la Palabra, en muchas citas se habla del agua, y se establecen diferentes comparaciones con el líquido elemento.

También, en Isaías cuando dice que otra vez abrirá fuentes en el desierto, ríos en la soledad.

Incluso, en Jeremías cuando dice:

«Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.»

Jeremías 2:13

También en las aguas salutíferas de Ezequiel, pero sobre todo he disfrutado leyendo el Evangelio de Juan.

Juan es increíble, y es uno de mis libros preferidos, y a pesar de que lo he leído muchas veces, nunca me había dado cuenta de que en los 7 primeros capítulos, el agua está presente.

  • En el primero: Juan bautizando.
  • En el segundo: Las bodas de Canaá, donde Jesús convierte el agua en vino.
  • En el tercero: Jesús y Nicodemo, “el que no naciere del agua y del Espíritu…”
  • En el cuarto: Jesús y la mujer Samaritana.
  • En el quinto: el paralítico de Betesda.
  • En el sexto: Jesús andando sobre el agua
  • Y en el Séptimo: Jesús dice: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”.

Después de cómo digo llevar meditando estas últimas semanas en todas estas cosas y en el agua, en lo necesaria que es para vivir junto con las vitaminas y los nutrientes, el culmen fue el miércoles cuando me desperté a las 5 de la mañana cantando:

“Cristo es la peña de Horeb que está brotando, agua de vida saludable para ti”

Claro, a mis compañeros de casa no les hizo mucha gracia y a mí, despertarme a esas horas con esa canción, tampoco, las hay mucho más bonitas.

Me desperecé debido a la canción misma, y me pareció súper extraño, y como ya me había desvelado, me dije bueno, voy a buscar a la peña de Horeb en las Escrituras a ver qué tal, a ver que me cuenta, y descubrí varias cosas que han sido de mucha bendición para mí.

Vamos a Éxodo 17:6

«He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.»

Éxodo 17:6

El pueblo de Israel venía caminando desde el desierto de Sin y acamparon en Refidim pero ¿qué pasó?

Que allí tampoco había agua así que se armó. Yo no justifico al pueblo de Israel pero tampoco lo culpo.

La sed es una sensación terrible y desesperante. La sed, el hambre y las ganas de hacer pis para mí son tres cosas, que han de satisfacerse con urgencia.

Entonces Imaginaos, la gente cansada del camino, y con mucha sed. Yo pienso que no estaba muy contenta.

Así que  le fueron a reclamar a Moisés con cierto enfado, cierto desespero. 

Moisés fue entonces a la presencia de Dios, nuestro recurso cuando las cosas se ponen feas y le dijo: “mira tú esta situación que tenemos entre manos. Están un poco acalorados y me temo yo que me van a apedrear”.

Acto seguido Dios le dio la solución. Le dijo: “golpea la peña y saldrá agua”.

Yo en este versículo veo varias cosas que son tipos de Cristo y de su sacrificio y más adelante os hablaré de alguna de ellas pero Pablo en la primera epístola a los corintios ya lo aclara tajantemente:

«y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.»

1 Corintios 10:4

En todo este capítulo, Pablo está hablando del pueblo de Israel y de su mal ejemplo en el desierto.

Advierte a los Corintios para que no caigan en los mismos errores.

Luego lo primero que podemos establecer es que la Roca es Cristo y que el Agua también es Cristo.

Que es la Roca lo podemos ver en la carta de Pablo y que Cristo es el agua, el mismo lo dice en todos los ejemplos que os he dado antes.

Quiero hablar de tres beneficios que nos aporta esa agua, tres beneficios que nos aporta Cristo.

Si no tuviéramos estos tres beneficios estaríamos carentes y gravemente enfermos.


Agua de salvación

CRISTO ES EL AGUA DE SALVACIÓN

La situación del pueblo de Israel era una situación de vida o muerte.

El agua es necesaria para vivir así que Dios provee agua para que su pueblo viva y lo hace de una forma muy curiosa: le dice a Moisés que golpee la peña.

En todo este episodio veo un tipo muy claro de nuestra situación como pecadores, de la cruz de Cristo y de la Salvación.

Los tipos son figuras del antiguo testamento que prefiguran un acontecimiento que tiene su cumplimiento en el Nuevo Testamento.

Por ejemplo: cuando las serpientes estaban mordiendo al pueblo de Israel a causa de su pecado, Dios mando a Moisés levantar una serpiente de bronce para que todo aquél fuera mordido, al mirarla no muriera.

Esto es un tipo de Cristo, que fue levantado para que todo aquel que había sido mordido por el pecado, pudiera mirar a la cruz para ser salvo y no morir irremediablemente.

Otros tipos de Cristo en el Antiguo Testamento y podríamos citar muchos: el cordero Pascual, el sumo sacerdote, Melquisedec, etc.

Así que vamos a analizar este texto un poquito:

El golpe de Moisés

Para mí el golpe a la peña que Dios le ordena dar a Moisés es un tipo de la crucifixión. En Isaías 53:4, 5 y 10 leemos:

«Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.»

Isaías 53:4

«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados…»

Isaías 53:5

«Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.»

Isaias 53:10

No se a vosotros, pero a mi me han dado dos puñetazos que recuerde en mi vida.

En las dos ocasiones esa fue la sensación: azotado, herido, abatido y quebrantado.

El agua brotando de la roca herida

Para mí el agua brotando de la roca herida y golpeada es un tipo de la sangre derramada por Cristo que nos da salvación y nos dió vida.

En Juan 19:34 Podemos leer:

«Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.»

Juan 19:34

 La sangre que nos limpia de todo pecado, la sangre que nos ha dado nueva vida en Cristo, y el agua que representa a Cristo y al Espíritu Santo.

Una de las cosas que más me llama la atención del relato de la mujer Samaritana es que aunque ella puso todos los medios para que nadie la viese, Jesús la encontró.

El pozo al que fue, dicen los eruditos que  estaba como a un kilometro de distancia de su ciudad, Sicar, dónde había agua.

Las razones todos las sabemos, la mujer samaritana no debía de tener muy buena reputación, cinco maridos había tenido y el que tenía ahora no era su marido, y evidentemente quería evitar encontrarse con nadie y mucho menos con las mujeres de su ciudad.

Por eso fue a un pozo lejano y a una hora intempestiva para el desierto.

El día judío empezaba a las seis de la mañana así que la hora sexta eran las 12.

La hora de más calor, evidentemente, a esa hora nadie iba a sacar agua.

La vida de esta mujer debía de ser una vida muy triste, una vida de amargura, y seguro que su situación era de desierto.

La gente hablando mal de ella, no tener la seguridad de que el hombre que estaba a su lado iba a seguir con ella, y quién sabe, un montón de dolores más pero sobre todo el desierto que tiene el alma cuando no ha tenido un encuentro con el mesías, con el salvador.

Jesús le dijo: «¡yo soy la fuente de agua viva, si bebes de mi agua, no tendrás sed jamás sino que el agua que yo te daré será una fuente de agua que salte para vida eterna!» Y el cambio fue instantáneo.

De ir a escondidas a sacar agua, pasó a ser la mujer que dio testimonio en la ciudad, Sicar, a sus vecinos.

Pasó de muerte a vida.

Eso es lo que hace Cristo cuando llega a tu vida, te busca y tiene un encuentro contigo.

Transforma tu desierto, tu sed tu desesperación, en un río de agua viva que salta para vida eterna.

Pablo en Corintios dice que el pueblo bebió de la roca que les seguía.

Y es que si eres del Señor, Cristo te va a perseguir hasta que bebas de su agua, por mucho que te escondas, de él no puedes, te perseguirá hasta que te encuentre.

Jesús es el agua de vida, el agua de vida eterna, el agua de Salvación y hoy quiere tener una cita contigo.

Si no has bebido de esa agua y quieres, luego vamos a orar por ti, si lo has hecho, dale gracias ahí donde estás un momentito.

Cuando estaba preparando el mensaje, estuve leyendo todo el viaje del pueblo de Israel y disfruté especialmente con el cántico de Moisés que está en Deuteronomio 32.

En él hace como un recuento de todo lo que ha sido el viaje y la ocasión es justo después de nombrar a Josué como su sucesor.

En este cántico o salmo se habla varias veces de la roca pero sobre todo me llamó la atención el versículo 13 que dice:

«Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra,y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal»

Deuteronomio 32:13

El siguiente beneficio está estrechamente relacionado con este versículo.


Agua de provisión

CRISTO EL AGUA DE PROVISIÓN

La palabra miel, aparece 62 veces en la Biblia y todas ellas tienen que ver con alimento o con bendición.

Al pueblo de Israel se le prometió una tierra de la que fluía leche y miel.

La miel era un bien muy preciado, por su sabor, porque daba energía y porque se le daban muchos otros usos.

La miel se encontraba en diferentes sitios en los panales, en el campo y en las hendiduras de las peñas y esto me llamó mucho la atención.

Cuando Moisés en su cántico, dice que el pueblo chupó miel de la peña, yo me imaginé un montón de gente chupando una piedra pero claro hay que tener en cuenta que es poesía y que para mi asombro la miel también se encuentra en las hendiduras de las peñas.

Cuando Moisés dice esto lo que está diciendo es que Dios les proveyó aún en contra de todo pronóstico de alimento preciado, les dio maná y les dio carne, codornices.

Contra todo pronóstico, porque en el desierto no se encuentran estos alimentos.

El viernes hablaba con el director del seminario y me compartía que el seminario nunca había tenido tan poco dinero, que no sabía ni cómo iban a pagar las facturas.

Como la situación está tan mala, la gente está mal y muchos de los alumnos no están pudiendo pagar.

Pero fíjate como es el Señor, dos horas después, le llamaron para decirle dos cosas:

Uno, que el siguiente mes va a ir un grupo de americanos que se pagan sus viajes, a pintar todo el edificio del seminario, con pintura y todo. De verdad no podéis imaginar la falta que hace.

Y la segunda cosa que le dijeron, es que una iglesia, también de estados unidos, había donado una furgoneta nueva para el seminario. En el seminario hay dos furgonetas, una que está más o menos bien y otra que tiene por lo menos 25 años y 1.200.000 kilómetros, es una Ford Transit azul que está hecha una pena, de chapa, de asientos y de todo.

Últimamente han llegado un montón de gitanos rumanos a La Carlota y siempre que me mandan a hacer algo al pueblo con la furgo, y me ven, me la quieren comprar.

De verdad que hacía falta una furgo porque ahora somos 45 alumnos y cada vez que tenemos que hacer una salida es un jaleo.

Yo tengo dos cuentas bancarias.

En una tengo un euro y en otra tengo 50 céntimos, pero hermanos os digo que no me falta absolutamente nada y encima tengo caprichos y privilegios.

Tengo ropa, tengo una cama estupenda, calefacción en mi casa y comida pero no contentos con eso, estas navidades estuve en Miami y en Mallorca ¿No es bueno el Señor?

La situación lo que dice es que hay crisis, que el trabajo está muy mal, que cada vez más empresas están cerrando que la situación se pone fea, pero Cristo dice: «yo soy tu agua de provisión, soy tu miel, contra todo pronóstico, soy tu proveedor. Igual que hice brotar agua y miel de una peña, voy a hacer brotar bendición para ti«.


Agua de sanidad

CRISTO EL AGUA DE SANIDAD

En línea con el versículo de Deuteronomio, el Señor proveyó de aceite para el pueblo de Israel en el desierto.

Según el diccionario Bíblico Certeza, el aceite, además de para muchos otros usos se usaba como remedio medicinal para desórdenes gástricos, como laxante suave y como ungüento para sanar heridas y contusiones.

Cuando yo era pequeño, me acuerdo que mi abuela la española, usaba el aceite para todo.

Me hacía un chichón jugando con mi hermano: me ponía aceite. Me dolía un oído: me ponía aceite. Tenía hambre: pan con aceite. Una puerta hacía ruido al abrirse: le ponía aceite. 

Cristo es el agua de sanidad, el aceite que cura nuestras heridas.

Siempre me ha llamado la atención el texto del paralítico de Betesda.

El cuadro debía de ser dantesco. Imaginaos a un cojito, un paralítico total, un ciego, toda esta panda corriendo para tirarse al estanque cuando se moviera el agua, es cuando menos cruel.

Imaginaos que llegaba un gracioso cualquiera por allí y empezaba a gritar: «¡El agua se está moviendo!».

Los pobres tullidos cayendo al agua… en fin un desastre.

O que se tira un paralítico y se le adelanta otro, así que no se cura, que frustración si no se ahoga.

Había allí un hombre que llevaba 38 años enfermo, esperando que alguien le acercase al agua, pero el agua de sanidad se acercó a él, en el día menos indicado, el día de reposo, y de la forma menos esperada y le preguntó ¿Quieres ser sano?

Yo sé que hay enfermos entre nosotros, gente que lleva muchos años luchando con enfermedades, tanto físicas como psíquicas o del alma, gente que tiene heridas sin sanar, y no sé si estás cansado ya, porque yo sé que el dolor cansa, pero sólo hay que esperar a que el agua de vida se acerque, porque en ese momento la sanidad va a ser instantánea.

¿Cuándo va a pasar esto? cuando a Él le plazca, porque Él es soberano.

Nuestro trabajo es pedir con Fe, sabiendo que él puede sanar.


CONCLUSIÓN

Hemos visto que Cristo es el agua para salvación y toda la tipología del golpe de Moisés son la vara y del agua fluyendo.

Hemos visto que Cristo es el agua y la miel de provisión, que sea cual sea tu situación él es el proveedor contra todo pronóstico y hemos visto que Cristo es el agua para sanidad, sea cual sea tu enfermedad, sea cual sea el tiempo que llevas esperando, Jesucristo ha decidido encontrarse contigo y en esta mañana te dice toma tu lecho y anda.

Después de andar durante 38 años por el desierto, el Pueblo de Israel llega otra vez a la roca y vuelve a tener sed y vuelve a murmurar contra Moisés y contra Dios. No aprendían estos muchachos.

Moisés vuelve a buscar a Dios pero esta vez Dios le dice: «háblale a la roca».

Moisés desobedece y eso tiene sus consecuencias.

El sacrificio de Cristo se hizo de una vez por todas, Cristo no está muriendo todos los días, Cristo dio su vida una vez y para siempre, y ese sacrificio nos garantizó los tres beneficios que hemos visto hoy que nos proveen de todas nuestra necesidades, salvación, provisión y sanidad.

Cristo es el agua que necesitamos. ¿Qué sientes que te falta?

¿Salvación? Háblale a la roca.

¿Provisión? Háblale a la roca.

¿Sanidad? ¡Háblale a la roca!

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